Científicos logran por primera vez mantener un cerebro vivo fuera del cuerpo

26 abril, 2018

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Tal vez el polémico científico Sergio Canavero, el mismo que ha afirmado desde 2015 que realizará el primer trasplante de cabeza de la historia y que ha sido largamente cuestionado por la comunidad científica, no esté tan equivocado después de todo.

Esto porque un equipo de investigadores de la Universidad de Yale asegura haber realizado con éxito experimentos en 200 cerdos, procedimiento que involucró mantener sus cerebros vivos hasta 36 horas después de ser decapitados.

La operación pudo resucitar los cerebros de los cerdos sin estar conectados a su cuerpo a través de un proceso complejo y delicado donde se empleó un sistema llamado “BrainEX”, que bombea sangre artificial rica en oxígeno a través de las áreas necesarias para mantener el órgano vivo.

El Dr. Nenad Sestan, quien dirigío la operación, describió como un resultado “alucinante e inesperado”, haber visto que miles de millones de células en el cerebro estaban vivas y sanas.

Al mantener vivo el cerebro, puede ser estudiados de forma que contribuyan a nuevos avances, lo que podría conducir a una mejora radical de nuestra comprensión del órgano. De acuerdo a los investigadores, su intención es crear un atlas completo de las conexiones entre las células del cerebro, una tarea que nunca se ha realizado hasta ahora.

Sestan indicó que es concebible que los cerebros puedan mantenerse vivos indefinidamente y que se pueda intentar restablecer la conciencia, aunque por ahora no lo harán debido a que “es un territorio desconocido”.

Los científicos explican que tras la decapitación se agregaron sustancias químicas para prevenir la hinchazón, algo que posiblemente inhibió la conciencia. Por ello, otros expertos se preguntan si es posible que un cerebro “piense” sin un cuerpo, aunque Sestan afirma que definitivamente, los cerdos no vivían ni pensaban.

Otro punto importante tiene que ver con la ética, pensando en realizar el mismo procedimiento en humanos. Si los científicos determinan que la actividad cerebral puede continuar fuera del cuerpo, el cuestionamiento se relaciona a lo ilegal de mantener a alguien vivo en una condición de privación sensorial sin su consentimiento.

No se trata del primer intento relacionado al tema: En 1928, investigadores soviéticos cortaron la cabeza de un perro y la mantuvieron parcialmente viva conectando vasos sanguíneos clave a una máquina de circulación artificial. Y en 1993, un investigador de la Universidad de Nueva York mantuvo vivo un cerebro de cobayo en un líquido especial durante varios días.

Fuente: Technology Review