Intereses de deudas, salarios y otros gastos rígidos serían el desafío económico del próximo Presidente

5 agosto, 2022

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Manuel Ferreira, exministro de Hacienda, explicó los desafíos económicos que arrastra el Paraguay desde hace años y que heredaría el próximo Presidente o Presidenta de la República.

 

El Presupuesto General de la Nación habitualmente ronda los USD 14.000 millones. La deuda externa de la administración central del Paraguay es de casi USD 13.000 millones. Además de la deuda, se suman los intereses que esta genera, que para el año 2023 rondarían los USD 500 millones.

La siguiente persona que asuma la Presidencia de la República, junto a su gabinete, deberá encontrar cómo seguir invirtiendo en obras públicas sin aumentar el gasto de los intereses por la deuda (no tanto la deuda en sí). ¿Por qué?

Hasta el año 2012, el Paraguay no invertía en obras. Entonces, el país tenía un superávit, un ahorro a favor, de 1 % en su PIB. Sin embargo, en la discusión del Presupuesto de ese año, el Congreso Nacional decidió aumentar los salarios de los funcionarios públicos en aproximadamente 38 %. Esto causó que el superávit del PIB, pase a un déficit de 1,7 %, relató Manuel Ferreira.

En dinero, ese aumento representa unos USD 800 millones, que se volvió un derecho adquirido del trabajador que no se puede recortar. "Nunca más pudimos salir de ese déficit", manifestó Ferreira.

Según explicó el exministro, el gasto de salarios es el principal gasto del Paraguay. Los salarios constituyen parte de lo que se denomina "gastos rígidos", que limitan la "movilidad" sobre un presupuesto.

Tras entrar en un déficit, el país cambia de modelo económico: pasa de un Estado "ahorrista" que no invertía en obras, a uno que financia el crecimiento de las obras públicas mediante deudas.

"Paraguay eleva su capacidad de inversión pública", afirma Ferreira.

La inversión en obras públicas no solo se reduce a más rutas, más escuelas, más plazas, etc., sino que también genera trabajo.

"Un gasto en obra pública de USD 1 te genera el doble de ingreso. Por cada dólar que gastas, generás dos (...). Esto genera un incremento de la deuda, porque financiaste con esta deuda este gasto de inversión", indicó.

Sin embargo, explicó que el tamaño de la deuda no es el verdadero problema, sino los intereses que generan.

"Creo que hay una gran desinformación sobre la discusión de la deuda, porque lo que se discute es el tamaño de la deuda sobre el PIB. Si bien ese es un número significativo, el que es realmente significativo es el pago de intereses de la deuda", dijo.

La legislación paraguaya impide recurrir a una deuda para pagar estos intereses y si se deja de pagar estos deberes, el país deja de ser atractivo para la inversión internacional.

"Entonces, ese pago de intereses de USD 500 millones, se vuelve un gasto rígido para el Estado. O sea, entrás, juntás plata y lo primero que hacés es pagar los intereses con lo que recolectaste de impuesto. El capital de la deuda no importa tanto, vos lo que hacés con el capital de la deuda es volver nomás a emitir otra vez y completás el capital, pero con el interés no podés hacer eso (...). En término de administración del Estado, lo que te genera es una rigidez en tu presupuesto. O sea, son USD 500 millones que tenés que apartar porque ese tenés que cumplir", remarcó.

"Si seguimos generando deuda, este número va a ir creciendo (USD 500 millones) y va a ir acogotando nuestro espacio de maniobra en un presupuesto que ya es muy rígido. Esta es la explicación de por qué la deuda está llegando a su tope. Tengo una rigidez porque tengo que pagarle los salarios a los funcionarios públicos, tengo una rigidez porque tengo que transferirle a las municipalidades y tengo otra rigidez porque tengo que pagar los intereses de la deuda. Sobra poco, porque desde el 2002 venimos metiendo funcionarios al Estado o subiéndole su sueldo", sostuvo.

"El desafío es cómo yo sigo haciendo obras públicas y no hago subir este número", concluyó.