En otro escalón descendente de la degrada lucha por la supervivencia en la capital venezolana, las trabajadoras sexuales han comenzado a aceptar cajas o bolsas del programa CLAP como paga por sus servicios.

Las tarifas de servicios sexuales en el país petrolero parecían claras; un trabajo sexual completo rondaba los 10.000 bolívares soberanos, cancelación en efectivo (USD 1,61), en caso de ser en un hotel, alrededor de 15.000 bolívares soberanos (USD 2,42). Una transferencia bancaria generaba un incremento de 5.000. En el caso de cancelar con dólares, podría llegar a costar entre USD 10 y USD 20.

Pero ante la crisis económica, ahora las trabajadoras del rubro, no solo aceptan bolívares o dólares, sino que las cajas o las bolsas del CLAP, (Comité Local de Abastecimiento y Producción), alimentos promovidos por el Gobierno de Venezuela, se convirtieron en un método de pago, una opción viable, que ya es cotidiano.

Una de las trabajadoras, Sergimar, comentó a Infobae cómo fue obligada a cambiar sus servicios sexuales por comida. Cuando eso sucede, debe pedirle al cliente que la lleve cerca de su casa para dejar la caja de alimento para que no se la roben en la calle, en su puesto de trabajo.

Con información de EFE