Engordó con pollo frito para evitar ir al servicio militar
Los fiscales argumentaron que el hombre surcoreano de 22 años decidió ganar peso intencionalmente mediante la ingesta de pollo y alcohol antes de su examen físico.
Después de que sonara el silbatazo final, la superestrella del fútbol de Corea del Sur, Son Heung-min, lloró, abrazó al portero y ambos cayeron sobre el pasto de la cancha. Acababa de llevar a Corea del Sur a una victoria 2-1 sobre Japón en la Final de los Juegos Asiáticos, y describió la victoria como "el mejor día de [su] vida". Su júbilo no solo se debió al orgullo nacional: sí, Son recibió una brillante medalla de oro, pero también obtuvo la exención de tener que pasar casi dos años en el ejército.
Son, que juega para el Tottenham Hotspur en la Premier League inglesa, participó en el torneo sabiendo que, sin una medalla de oro, tendría que dedicar 21 meses de su carrera deportiva —y casi dos años de su nuevo contrato— al servicio militar obligatorio de Corea del Sur. ¿Quién iba a decir que, en lugar de jugar siete partidos agonizantes en los Juegos Asiáticos, podría haberse librado del servicio militar comiendo una tonelada de pollo frito?
El domingo, el Tribunal de Distrito de Incheon falló a favor de un estudiante universitario de 22 años que había sido acusado de comer pollo frito en un intento de ganar peso para ser declarado no apto para el servicio militar.
Según The Korea Herald, los fiscales argumentaron que el hombre anónimo se atiborró intencionalmente con pollo y alcohol antes de su examen físico, y que también se encorvó cuando medían su estatura, con la intención de que su índice de masa corporal (IMC) fuera incluso mayor. (Si su IMC es de 33 o más, probablemente le darán un trabajo más cómodo en el servicio público, en lugar de asignarlo a un patrullaje a pie en una ubicación remota cerca de la Zona Desmilitarizada de Corea).
En el momento de su examen, su IMC era de 36.8 (muy por encima del umbral de lo que se considera "obeso") pero argumentó que había sido un chico de gran tamaño durante toda su vida. Un juez estuvo de acuerdo con él después de enterarse de que el hombre había sido obeso, médicamente hablando, desde que tenía diez años. El juez Shim Hyun-joo también dijo que, como el hombre pesaba 102 kilos cuando era un estudiante de preparatoria, sería difícil concluir que había hecho algo para ganar peso intencionalmente.
En Corea del Sur, todos los hombres sanos entre los 18 y 35 años deben servir en el ejército durante al menos 21 meses, y los únicos que están exentos son aquellos que "elevan el perfil nacional" al ganar cualquier tipo de medalla —oro, plata o bronce— en los Juegos Olímpicos, una medalla de oro en los Juegos Asiáticos u obtener el primer o segundo lugar en una de las varias competiciones aprobadas por el gobierno (Cho Seong-jin, quien ganó un concurso internacional de piano, no tuvo que servir. A pesar de ganar un Billboard Music Award, convertirse en el primer grupo coreano en encabezar la lista de álbumes del Billboard de Estados Unidos y aparecer en Saturday Night Live, los siete miembros de BTS tienen que realizar su servicio militar).
El aficionado al pollo frito de 22 años no es el primer hombre que ha sido acusado de intentar la exención del servicio militar mediante la comida. En septiembre pasado, la Administración del Personal Militar anunció que había atrapado a 12 estudiantes universitarios que compartían consejos sobre cómo aumentar de peso en las redes sociales antes de sus exámenes físicos militares. Según CNN, algunos de ellos empezaron a ingerir proteínas en polvo, mientras que otros bebieron una "bebida espesa de aloe" para tratar de subir de peso. "La Administración del Personal Militar, a través de una investigación exhaustiva, hará su mejor esfuerzo para erradicar el crimen de evasión del servicio militar y con los violadores dará un ejemplo para que una cultura del servicio militar justa y equitativa pueda echar raíces", dijo la agencia en un comunicado.
Aunque sus esfuerzos no funcionaron —además de enfrentar cargos criminales, la mayoría de ellos solo tuvieron que repetir sus exámenes físicos—, otros han tenido más suerte. En 2017, 59 hombres evitaron con éxito el reclutamiento; 21 lo hicieron mediante el aumento o la pérdida de peso. (Los demás "fingieron locura", se hicieron un tatuaje, mintieron sobre su historial educativo, se rompieron un hueso o se sometieron a cirugías de rodilla).
Aun así, atascarse de batidos de proteínas o pedir comida para llevar del KFC parece mucho más fácil que convertirse en una superestrella del fútbol.
Con información de www.vice.com