El criminólogo colombiano Daniel Rico explicó la compleja relación entre el contrabando de cigarrillos y el narcotráfico en América Latina. Según Rico, “el cigarrillo se ha vuelto una moneda de cambio en narcotráfico”, donde los productos ilícitos como los cigarrillos, textiles y licores se intercambian por drogas, creando un circuito de comercio ilegal de alta rotación.

El mercado ilegal de cigarrillos, estimado en 250 millones de dólares solo en Colombia, es un fenómeno creciente en toda la región. Rico señala a Tabesa, junto con otras empresas asiáticas, como principales operadores que inundan el mercado latinoamericano.

“En 3 de cada 4 países de América Latina, las marcas de Tabesa son las marcas líderes del mercado ilegal”, afirmó Rico, destacando la ausencia de pago de impuestos y el incumplimiento de criterios de legalidad.

El criminólogo puso especial énfasis en la marca Rumba, producida por Tabesa, que domina aproximadamente el 11 al 14% del mercado colombiano. A pesar de su producción legal en Paraguay, Rumba se distribuye ilegalmente en Colombia, sin registro, sin pagar impuestos y sin cumplir con los requisitos sanitarios.

“Esa marca en Colombia no paga un solo dólar de impuestos, no cumple requisitos sanitarios de los pictogramas, de las advertencias, etcétera. Esa marca en Colombia no tiene ninguna referencia legal”, enfatizó.

Rico advirtió que Tabesa no es el único actor en este mercado ilegal, pero sí el líder, y destaca la existencia de una “captura del Estado” en Paraguay, donde los impuestos más bajos facilitan esta dinámica ilícita.

Este fenómeno no solo representa un desafío para la legalidad y la salud pública, sino que también evidencia la influencia política y económica de empresas como Tabesa en la región.