Un golpe significativo contra el narcotráfico se dio en el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi en la noche del pasado viernes con la incautación de una importante cantidad de cocaína oculta entre almidón y harina de maíz que iba a ser enviada a Europa.

“Ni bien asumimos el cargo en agosto, cambiamos la estrategia de lucha contra la posible contaminación de cargas y comenzamos a trabajar de otra forma”, declaró Óscar Orué, titular de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT).

Este cambio de táctica permitió a las autoridades detectar “indicios, algunos parámetros o indicadores que podían detectarse inclusive antes de que se envíe o que llegue la carga”.

El primer éxito de esta nueva estrategia se produjo en Villeta, donde se incautaron 3.300 kilos de cocaína el año pasado. “Y este es nuestro segundo operativo exitoso”, afirmó Orué, refiriéndose al reciente hallazgo en el aeropuerto.

La droga se distribuyó meticulosamente en paquetes duplicados en imagen y peso, aunque con un color ligeramente más claro que el original.

La estimación inicial de la carga incautada se basó en el análisis del primer pallet, que contenía 160 kilos de cocaína. “Si en un pallet había 160 kilos, ¿cuánto iba a haber en los otros 9?”, planteó Orué. Aunque la cifra final fue menor, ya que los pallets 8 y 9 no estaban contaminados, el operativo sigue siendo considerado un éxito.

La Dirección de Vigilancia Aduanera pasó la posta al Ministerio Público una vez descubierta la droga. Los fiscales tomaron el mando de la operación, que culminó en la madrugada del sábado con el control exhaustivo de la carga.

Orué también señaló un dato curioso: el costo del flete aéreo es mucho más caro que el fluvial, con un promedio de 5 mil dólares de exportación. “¿No te parece raro que envíes aéreo?”, cuestionó, sugiriendo que este podría ser un indicador de actividades sospechosas.