El fiscal Cristian Royg, habló de la creciente ola de violencia en el Departamento de Canindeyú, y reconoció que las instituciones públicas se ven rebasadas y no dan abasto ante los innumerables casos de sicariato.

Destacó la similitud con la región de Amambay, también marcada por la violencia y el narcotráfico. “Es una zona roja, viene aquí todo el problema fronterizo en cuanto al tráfico de drogas”, afirmó.

“Vemos que los últimos acontecimientos tendrían relación con el crimen organizado”, señaló el fiscal, subrayando la conexión entre los recientes actos de violencia y las estructuras delictivas.

La falta de acompañamiento institucional en materia de seguridad es otro punto crítico que Royg no duda en resaltar, e hizo un llamado a la acción para fortalecer las medidas de protección para los ciudadanos.

“El temor está en que gente inocente termine muriendo por la guerra entre estas personas. Hay un silencio aquí, todos están temerosos”, expresó.

Las hipótesis sobre la influencia de ciertos individuos en actividades ilegales y su posible vinculación con asesinatos también forman parte del discurso del fiscal.

En relación con el transporte de armas, una actividad que alimenta la violencia en la región, mencionó una reciente detención que podría tener conexiones con figuras prominentes de Canindeyú.

“La única carpeta en la que podía estar vinculada es en el transporte de armas, el cual se le detuvo recientemente a una persona”, comentó.