En el marco del Día de la Madre en Paraguay, la historia de Andrea Ovelar y su hijo Milan Alexander, de 5 años, resuena con una fuerza particular. Milan aguarda un donante de corazón que le permita seguir disfrutando de la vida.

“A las 7 y media, más o menos, él viene al mundo. Cuando escucho su llanto, fue algo hermoso”, recordó Andrea. Desde ese primer contacto, la vida de Andrea cambió para siempre. Ser madre se convirtió en una experiencia única, llena de desafíos y momentos inolvidables.

Sin embargo, la alegría inicial pronto dio paso a la incertidumbre cuando, a los cuatro meses de nacido, Milan fue diagnosticado con intolerancia a la lactosa. Lo que parecía ser una condición manejable se complicó cuando contrajo neumonía, lo que reveló una condición más grave: miocardiopatía dilatada.

“En el primer control, nos dicen que su corazoncito no está bien, que está dilatado”, explicó Andrea. Desde entonces, la vida de Milan ha estado marcada por visitas constantes al hospital y la esperanza de encontrar un donante compatible. “Milan es un niño maravilloso. Tiene un sueño que es salir del hospital, volver a casa con su familia y a la escuela”, expresó la madre.

En este Día de la Madre, Andrea compartió su historia no solo como un recordatorio del amor incondicional de una madre, sino también como un llamado a la solidaridad y la conciencia sobre la importancia de la donación de órganos.