A Elena Fretes, una mujer de 55 años, le fue negada la asistencia médica en el Hospital General de Barrio Obrero a pesar de sufrir múltiples fracturas en el tobillo. Fretes, quien fue trasladada al hospital en una patrulla policial, experimentó un trato inhumano que quedó registrado en la cámara corporal de los agentes.

“El accidente ocurrió en mi casa, me desperté a las 4:00, salí, me resbalé y me caí. No sé si es por mi sobrepeso pero me rompí el fémur. Yo casi me morí, sentí demasiado dolor, quería un calmante pero me rechazaron como animal”, relató la señora.

Su desesperación se intensificó cuando el personal del hospital se negó a recibirle. “No me recibieron, yo gritaba del dolor y escuchaba cómo mi hija pedía que me atendieran y me dieran un calmante. Solo escuchaba que debía ser trasladada al Trauma porque ahí no correspondía”, continuó.

La situación se agravó cuando su hija, en un intento desesperado por obtener ayuda. “Mi hija golpeaba puertas y le cerraban por la cara. La atención es pésima, te vas enfermo y esperas 4 horas. Encima suelen tratar mal a los pacientes, no es la primera vez”, afirmó.

El cambio en la actitud del personal solo ocurrió cuando se dieron cuenta de que estaban siendo grabados. “Cuando le dijeron que estaban grabando, ahí recién me atendieron y me dieron un calmante”, dijo la paciente.

Afortunadamente, su hija logró conseguir transporte para llevarla al Hospital del Trauma, donde recibió la atención adecuada. “Acá en el Trauma me atendieron súper bien, de maravilla. Mi operación sería mañana, le quiero ver de vuelta al Policía (identificado como José Giménez) para agradecerle”, expresó con gratitud.

“No hay forma de defender. Todo se hizo mal”

El director del Hospital Barrio Obrero, Adan Godoy, admitió el error y la falta de defensa posible ante tal negligencia. “No hay forma de defender. Todo se hizo mal”, declaró, añadiendo que los funcionarios responsables podrían enfrentar consecuencias severas por su omisión de auxilio.