Según comentó Mirtha López, neuropsicóloga infantil, el estruendo de las bombas afecta en especial a niños autistas y a adultos mayores.
“La pirotecnia afecta a los niños y adultos autistas con mucha sensibilidad auditiva. El ruido para ellos es muy intenso, es como si estuviesen en la guerra, en medio de un bombardeo”, refirió la profesional.
La Dra. López notó una menor cantidad de explosiones. Supone ella que se debe a las campañas de concientización que están impulsando. “Se está generando más empatía”, celebró.