El joven que a los 16 años supo cómo eliminar el plástico del mar

6 octubre, 2019

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Boyan Slat comenzó a preocuparse por el plástico cuando tenía tan solo 16 años. De vacaciones en Grecia, el adolescente holandés buceaba junto a un amigo cuando confundieron de lejos decenas de bolsas de plástico que flotaban libremente con un banco de medusas.

Boyan Slat comenzó a preocuparse por el plástico cuando tenía tan solo 16 años. De vacaciones en Grecia, el adolescente holandés buceaba junto a un amigo cuando confundieron de lejos decenas de bolsas de plástico que flotaban libremente con un banco de medusas. Desolado por la cantidad de basura, seleccionó como tema de investigación, en cuanto estuvo de vuelta en el colegio, un método para recoger bolsas de plástico del mar.

El verano siguiente llegó de nuevo de vacaciones a Grecia, esta vez armado con una red de arrastre y un microscopio para analizar los plásticos. Y en noviembre, junto a su compañero de proyecto de ciencias, siguió tomando más muestras en el mar del Norte para seguir clasificándolas. Como no tenían un barco, ataron la red a una tabla de surf, de manera que se adentraban a nado tanto como les permitían sus brazos y volvían con las olas arrastrando consigo restos de basura muy diversos.

En su investigación escolar, calcularon que en 2020 habría en el océano 7,25 millones de toneladas de plástico, el peso de mil torres Eiffel, y aunque aprobaron con muy buena nota, Slat no quedó satisfecho.

Reconocimiento de la ONU

En paralelo a sus estudios de ingeniería aeroespacial, siguió trabajando en un sistema que, aprovechando los movimientos del océano, como ellos habían aprovechado la fuerza de las olas, extrajese cantidades significativas de plástico del mar. Así, en 2013 y con 18 años, fundó The Ocean Cleanup Foundation, una organización sin fines de lucro premiada por la ONU y que hoy cuenta con un equipo de más de 80 personas. Ha desarrollado un sistema pasivo de recolección de basura que se mueve con las corrientes y que consiste en una tubería flotante de 600 metros de largo y en forma de U que se asienta en la superficie del agua y proporciona flotabilidad, adherida a una pantalla cónica impenetrable de tres metros de profundidad que se hunde en el agua y atrapa los plásticos.

El sistema es transportado por las corrientes, arrastrando la basura y es capturado cada varios meses con un barco, cuya tripulación recoge y clasifica los plásticos para su reciclaje en tierra. El dispositivo está equipado con linternas, reflectores de radar, señales de navegación, GPS y balizas anticolisión, para su seguridad y la de los barcos que pueda encontrar, y respeta la fauna marina. Lo que queda atrapado son los plásticos, que tienden a flotar, mientras que la corriente sigue fluyendo en la parte inferior de la pantalla junto a los animales. Al no ser una red, no se enredan en ella.

Una flota de 60 sistemas podría eliminar el 50% de la gran isla de basura del Pacífico en solo cinco años y The Ocean Cleanup cree poder haber eliminado el 90% del plástico del océano para 2040. «La tecnología es el agente más potente de cambio. Es un amplificador de nuestras capacidades humanas», ha dicho Slat desde la oficina en Róterdam donde dirige las operaciones. No supervisa el sistema en alta mar porque, confiesa, se marea en los barcos.

Con información de ABC.ES