“En las elecciones nacionales de Paraguay, el Times fue testigo de cómo representantes del gobernante Partido Colorado intentaban comprar los votos de las comunidades indígenas”. De esta forma comienza el reportaje del medio de comunicación estadounidense The New York Times, publicado el lunes.
Bajo el título “Una estrategia para el dominio de un partido latinoamericano: la compra de votos”, el artículo expone un supuesto esquema de arrendamiento y aprovechamiento de las comunidades indígenas para sumar votos a los candidatos, principalmente colorados, de cara a las elecciones generales del 30 de abril.
El Times afirmó presenciar cómo representantes del Partido Colorado intentaban comprar votos. Señaló que mediante entrevistas, miembros de las comunidades nativas confesaban que aceptaron dinero justo antes de votar.
Miguel Paredes —relata el medio—, un chofer de ambulancia retirado y figura política local subió a un autobús a las familias de la comunidad indígena de Espinillo y las acercó a las urnas. Con otros seis colegas, reunieron a los miembros de la comunidad y anotaron su número de cédula y les enseñaban a votar por los candidatos del Partido Colorado.
El Times expone otro caso. Se trata de un candidato a gobernador colorado, quien supuestamente entregó personalmente G. 200 mil a más de 100 votantes indígenas frente a un centro de votación en la localidad de Fuerte Olimpo. Esto según entrevistas a a cinco miembros de comunidades que recibieron el dinero.
“Muchos de los 120.000 habitantes de comunidades indígenas de Paraguay comenzaron a integrarse a la sociedad moderna hace apenas unas pocas décadas, y desde entonces muchos partidos políticos —no solo el Partido Colorado— han tratado de controlar sus votos”, resalta el medio internacional.
En ese sentido, relata que en los días previos a las elecciones, trabajadores de partidos políticos acudían al Chaco.
“En comunidades remotas, los trabajadores suben a los indígenas a los autobuses, los llevan a sitios cercados y les dan carne y cerveza hasta la hora de la votación, según observadores electorales, activistas locales y miembros de comunidades indígenas que lo han experimentado. El objetivo es controlar a la comunidad antes de que lo haga un partido rival”.