Se llama K2-288Bb y es el último exoplaneta descubierto. Es un poco más pequeño que Neptuno y está localizado a unos 226 años luz de distancia de la Tierra.

Se llama K2-288Bb y es el último exoplaneta descubierto. Es un poco más pequeño que Neptuno y está localizado a unos 226 años luz de distancia de la Tierra. Al igual que nuestro planeta, orbita a su propia estrella que tiene el tercio del tamaño del Sol, pero cada 31,1 días.

¿Lo más novedoso? Podría albergar agua.

La nueva súpertierra (tiene 2,1 veces el diámetro de nuestro planeta) fue descubierto por el telescopio espacial Kepler de la Nasa y está dentro de la zona habitable de su estrella, un rango de distancias orbitales donde puede existir agua líquida en la superficie del planeta. Por hora se sabe que podría ser rocoso o podría ser un planeta rico en gas similar a Neptuno y los investigadores han señalado que su tamaño es raro entre los exoplanetas.

“Es un descubrimiento muy emocionante debido a cómo fue encontrado, su órbita templada y porque los planetas de este tamaño parecen ser relativamente poco comunes”, dijo Adina Feinstein, estudiante graduada de la Universidad de Chicago.

Ubicado a 226 años luz de distancia, en la constelación de Tauro, el planeta se encuentra en un sistema estelar conocido como K2-288, que contiene un par de estrellas de tipo M frías y tenues, separadas por aproximadamente 8,2 mil millones de kilómetros, esto es seis veces la distancia entre Saturno y el Sol.

El nuevo planeta fue descubierto gracias al reposicionamiento que hicieron del telescopio en los últimos cuatro años para apuntar hacia un nuevo parche de cielo al comienzo de cada campaña de observación de tres meses.

El telescopio espacial Kepler dejó de funcionar el 30 de octubre del año pasado, tras nueve años de misión, cuando se quedó sin combustible. En total, descubrió 2.600 planetas confirmados alrededor de otras estrellas, la mayoría de los que ahora se conocen, junto con miles de candidatos adicionales que están siendo analizados por los astrónomos.

En esta investigación, participaron también astrónomos españoles de la Universidad de Oviedo (norte) y del Instituto de Astrofísica de Canarias (archipiélago español en el Atlántico).  “Hemos comprobado que la actividad de la estrella es moderada comparada con otras estrellas de similares características lo que incrementaría las posibilidades de que el planeta fuera habitable”, señaló Javier de Cos, uno de los investigadores.

Con información de La Tercera