El 2 de julio, la influencer brasileña Aline Ferreira perdió la vida en una clínica privada en Brasilia. La causa de su deceso se atribuye a complicaciones de salud derivadas de un procedimiento estético en el que se utilizó polimetilmetacrilato (PMMA).

La propietaria de la clínica, una supuesta doctora en biomedicina, fue detenida por su presunta responsabilidad en este suceso. La supuesta médica habría obtenido su título en una universidad privada paraguaya, conocida coloquialmente como “universidad de garage”.

Daniel Costanzo, presidente de la Sociedad Paraguaya de Cirugías Plásticas, explicó que el PMMA, un polímero plástico sintético, se utilizó durante muchos años en inyecciones para rellenos faciales. Sin embargo, con el tiempo, surgieron efectos adversos, como la migración de esta sustancia hacia diferentes áreas del cuerpo.

"Aunque inicialmente se usaba para llenar surcos y arrugas, su aplicación en grandes cantidades podía generar nódulos bajo la piel o incluso afectar otros órganos", aclaró.

En Paraguay, el uso del PMMA está prohibido. Sin embargo, en Brasil, se permite en pequeñas cantidades. Costanzo advirtió que algunos profesionales irresponsables aún lo inyectan debido a su bajo costo. "La gente seria que trabaja en esto ya no utiliza el PMMA", dijo.

El presidente de la Sociedad Paraguaya de Cirugías Plásticas enfatizó que la comunidad científica mundial está de acuerdo en no utilizar productos permanentes como el PMMA. "Porque producen efectos colaterales y pueden conducir inclusive a la muerte", sentenció.