La narrativa de la vida narco: "Nadie quiere ser Aristóteles pero sí Chapo Guzmán"

29 agosto, 2022

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Filósofo describe cómo permea a través de la ficción la narrativa de la vida de narco y cuál es el impacto que genera en la juventud.

 

La vida del narcotraficante y el poder que implica fueron y siguen siendo un gran atractivo para las series de ficción. Autoridad, mujeres, autos de lujo son generalmente elementos persistentes en estas narrativas. "Tenemos que generar una contracultura a esa vida", instó Pablo Romero, filósofo y docente uruguayo.

El especialista se refirió con preocupación a esta narrativa de la vida del narcotraficante y cómo impacta en la juventud.

Desde el ámbito educativo, Romero describió anécdotas que involucran lo que denominó una "romantización" de personajes narcos. Relató cómo un alumno de comportamiento disruptivo se refería al narcotráfico como una salida rápida al éxito.

"Permanentemente yo dialogo con él en relación no solo al comportamiento sino aprovechamiento del espacio educativo, de la posibilidad de la movilidad social. Está en un contexto de marginalidad y la respuesta que me dio después de una serie de secuencia de acotaciones de mi parte fue preguntar cuál era mi salario como docente. Él me dijo que él lo duplicaba o triplicaba teniendo una venta de pasta base en su barrio y que además eso le implicaba tener poder, tener chicas, tener autos. Esto es un poco la radiografía de lo que está sucediendo en relación a esta épica romántica del narco", contó.

"Ese poder es un poder efímero, que implica matar o morir. Terminan presos o terminan muertos", dijo.

Señaló que desde los espacios educativos se ve cómo permea lentamente ese tipo de discurso.

"Es importante comenzar a trabajar en políticas públicas y educativas. Creo que hay que tener una mirada y trabajo colaborativo entre nuestras sociedades. Nos estamos jugando el futuro de las nuevas generaciones en relación de cómo abordan esta temática. El narcotráfico está teniendo cada vez mayor incidencia en nuestras sociedades", expresó.

Explicó que la trascendencia que posibilita ser una referencia, una imágen, genera gran atracción.

"Esa propia cuestión de si yo me convierto en un narco famoso hasta tengo mi documental. Te terminás convirtiendo en un sujeto que trasciende tu propia existencia para ser una referencialidad de los jóvenes. Si vos aparecés, sos. La idea de la imagen asociada. Uno es en tanto aparece. Cuando uno aparece en estos espacios masivos, es una referencialidad enorme, hay un poder ahí, una seducción, de poder alcanzar ese lugar, que es muy fuerte", remarcó.

"Nadie quiere ser Aristóteles pero sí quieren ser el Chapo Guzmán", reflexionó.

Marset, quien acaparó la televisión uruguaya

El nombre de Sebastián Marset, presunto líder uruguayo de una red de narcotráfico, resuena tanto en su país como en Paraguay.

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"Como educador, más allá de los aspectos políticos que involucra el caso de Sebastián Marset, es la preocupación de la secuela que estos personajes van dejando en el ámbito educativo y la influencia que ejercen en las nuevas generaciones", manifestó.

"Situaciones de este tipo fomentaban la idea del poder narco, de cómo estos sujetos pueden hacer lo que los ciudadanos no pueden realizar en su relación con el Estado. Por ejemplo, conseguir con esa rapidez un pasaporte, poder conseguir una entrevista rápidamente con autoridades políticas de alto rango, contar con abogados de prestigio, aparecer en pantalla. Marset apareció en la televisión uruguaya en horario central. Hasta tener ese espacio del tiempo central de la televisión, que todos hablen de él. Se convierte también de alguna manera en un lugar hasta de show y entretenimiento su propia vida", comentó.